• Instituto Sonorense de Cultura

  • 01 (662) 212 6570 y 01 (662) 212 6572
  • direccion@isc.gob.mx

15 voces para detener el mundo


En uno de los ensayos literarios del brillante escritor serbio Mirolad Pavic, se cuenta-a tientas, entre recónditos y apócrifos documentos historiográficos- que el gobernador del reino de Dalmacia (actual Croacia y en ese tiempo perteneciente al imperio de los Habsburgo) Jusip Jelecic tenía una obsesión con la música. Un melómano premoderno. Para saciar esa obsesión, cuenta, Pavic, mandó construir un pequeño teatro contiguo a su habitación en el Palacio de Zadar, capital del reino. Ahí, de 6 de la mañana a 8 de la noche, hora a hora, desfilaba tenores, sopranos, barítonos y mezzosopranos; cantantes líricos y populares. La música no cesaba en el castillo de Jelecic. Se podía decir que era una especie de prototipo de Spotify.

Cuenta Pavic que Jelecic pidió construir a sus arquitectos adecuaciones sonoras para que las piezas cantadas y musicales pudieran tener eco en el resto del castillo. Este teatro perenne que nunca cesaba podría ser un catálogo musical casi infinito. Dos siglos después, en la 38 edición del Festival Alfonso Ortiz Tirado, en la Capilla de la Hacienda de los Santos, pudimos ser testigos de un catálogo tan bello como el que narra Pavic: 15 voces sonorenses sentados en el escenario, con el trasfondo de la bella pared barroca, esperando a cantar para demostrar lo aprendido en la Masterclass impartida por uno de los mejores pianistas del orbe musical: el maestro cubano Ángel Rodríguez y la maestra Marybel Ferrales.

Durante 4 días de enseñana pormenorizada, los jóvenes talentos sonorenses aprendieron, corrigieron, descubrieron técnicas, consejos, reflexiones de sus maestros. El resultado fue un concierto tan hermoso como potente. Un labertinto auditivo, una cartografía sonora que recorre la historia de la música. Arrancó la soprano María Li, condecorado este año con el Reconocimiento al Talento joven en el Festival y que se presentará el día jueves en la Noche de Gala. Un aria potentísima y hermosa de Mozart. Terminó titilando, con el alma trémula. Luz Mejía apuesta por una zarzuela de María de la O de Ernesto Elcuona y la capilla se inunda con su voz. Ricardo Gil cambia el tono y apuesta por una canción napolitana, más ligera pero no por ello menos bella.Jocelyn Salas brilla con su voz con la zarzuela La Peterana; Carlos Otera recuerda la genialidad mexicana de la maestra Maria Grever y su “Júrame”. La voz profunda y bellísima de Octavio Moreno recupera al Verdi más Verdi con “Eri tu” y Ana Paula Espinoza pone en el escenario a Handel.

Cesia Moroyaqui nos presenta a una de las personajes más icónica de Donizetti con Luccia di Lammermor mientras que Ernesto Ochoa nos recuerda la genialidad incombustible de Puccini. Regina Escobosa nos lleva de la mano a la música de Richard Rogers mientas Margarita Oropeza nos redescubre a Bellini.Ignacio Búrquez nos despide con María Grever y Luis Castillo cierra con la bella “Mi aldea” de Jacinto Guerrero.

El mural musical del que hemos sido testigo pone sobre la mesa el grandísimo talento sonorense.