Boletín ISC No.  036 / 29 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Estudiantina Dr. Alfonso Ortiz Tirado

Música que es tradición

Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com

Por los callejones de Álamos se extiende la música. Suenan los panderos, el acordeón, el contrabajo, las guitarras.

Es tradición que después de la noche de gala en el Festival Alfonso Ortiz Tirado, la estudiantina que lleva el nombre del doctor alamense construya el toque alegre donde todos cantan.

Desde hace 25 años, la Estudiantina Dr. Alfonso Ortiz Tirado es motivo de divertimiento, de alegría, es motivo también de formación de músicos.

Primero fue Juan Vidal Castillo, él tuvo la idea, él formó a los primeros chavos. Vinieron luego otros años, la transformación en el repertorio musical, la inclusión de más integrantes.

Hoy su director es Rafael Figueroa, “el Paye”, quien toca acordeón. En sus no más de treinta años de existencia, “el Paye” se encarga de conducir los programas, establecer la organización del grupo y por supuesto: complacer las peticiones de la gente.

Con un repertorio de rescate de canciones de antaño y también con canciones actuales, la Estudiantina es la cereza del pastel para quienes gozan de rondar los callejones empedrados de Álamos. Tradición feliz en este Festival.

Ramsés Acuña es percusionista, integrante desde hace 17 años de la Estudiantina, toca castañuelas y ahora cuenta su orgullo de ser tuno.

“Para mí el ser tuno, el ser parte de esta estudiantina es un orgullo. Crecí aquí, mi adolescencia y lo poco que llevo de mi adultez lo he vivido aquí, y yo pienso que si no hubiera estado en la estudiantina no sé qué sería de mi vida ya que ha sido una escuela, más que la música me ha enseñado a convivir con las personas y ser tuno es parte de mi vida”.

–¿Por qué se denominan tunos?

–Cuando llegan las tunas a México se transforman en estudiantinas pero es una tradición netamente española, allá se les llama tunas y la persona que tocaba en ellas pues era el tuno que es un título del ambiente musical y al que se le dice así es porque se sabe mucho repertorio, porque toca varios instrumentos, porque no se cohíbe ante nada, vive la música y vive la vida también.

Así la historia de Ramsés y su participación en la Estudiantina Dr. Alfonso Ortiz Tirado, la cual cuenta actualmente con 17 integrantes.

Y esta noche de conversar y observar, de sentir y bailar, la Estudiantina ya va rumbo a la Plaza de Armas, lugar donde termina su recorrido; allí los paseantes que se adhieren a los cantos solicitan como es costumbre una más. Otra más.

Cada noche para iniciar el recorrido, el burrito “Gaspar” ya cargó en sus aparejos las botellas de vino, que su amo repartirá a quienes les acompañan en este viaje musical por entre los callejones alamenses.

Antes de finalizar, la Estudiantina comparte la canción Espíritu alamense, emblema de la casa, una composición del maestro Juan Vidal:

La tuna Ortiz Tirado los acompañará / en las callejoneadas del festival / la plaza, la alameda / en su gente sentirán la calma del pueblo / que Álamos les da / la plaza, la alameda, la iglesia sentirán / esto que de nuestras voces vierten ya…

 Boletín ISC No.  034 / 29 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Ciudad Obregón, Sonora.- En el marco del 30 Festival Alfonso Ortiz Tirado 2014, el Quartetto Gelato se presentó con gran éxito en la Plaza Álvaro Obregón de Cajeme, subsede del festival.

Con su exótica mezcla de virtuosidad musical, pasión artística y humor, el grupo canadiense reunió  alrededor de 700 personas en la plaza pública más importante de la ciudad.

Con un entrenamiento clásico – ecléctico por diseño – el Quartetto Gelato no sólo emocionó al público con su ejecución magistral multi-instrumental, sino que ofreció también el plus de un brillante tenor de ópera, junto a un repertorio de obras maestras clásicas, arias de ópera, tangos, canciones gitanas y populares.

La siguiente presentación en esta subsedede Cajeme será la del cantautor Fernando Delgadillo, el próximo viernes 31 de enero a las 20:00 horas, en la Plaza Álvaro Obregón, en un concierto totalmente gratuito.

Las actividades artísticas y culturales del festival continúan en Álamos hasta el 1 de febrero. Consulta el programa general en www.festivalortiztirado.gob.mx, sigue las redes sociales oficiales del FAOT en Facebook (Festival Ortiz Tirado), Twitter (@fcortiztirado), comparte tus experiencias en Instagram (@fcortiztirado) y únete a la conversación con el hashtag #30FAOT.

Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com

Suena el piano. El aura colectiva construye la atmósfera. Instantes de paz dispuestos a la música.

El público revienta en ruido al golpear las manos. Porque la voz del tenor Ignacio Quijada les abraza cálido, tremendo en las notas de Solamente una vez.

Al finalizar la canción, el tenor cuenta que esta pieza compuesta por Agustín Lara no fue escrita para un amor: “La escribió para un cantante quien ante la muerte de su madre colgó los hábitos: decidió no volver a cantar y esta canción la interpretó en su último concierto”.

Ignacio Quijada canta al compás de las notas que construye al piano David Camalich, en Tarde de boleros, al interior de Casa de la Cultura María Félix; en el Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado (FAOT).

Aquí, en el curso del concierto, se cuenta la historia de la música, de esas canciones que se quedaron en el colectivo social, las que tarde que temprano cantamos o tarareamos, o simple y llanamente, como hoy, escuchamos.

Consuelo Velázquez se hace presente en la voz del tenor. Bésame mucho llena el espacio; con prudencia feliz el público corea los versos, el tenor desde su garganta provoca que el viento se cimbre.

Un viejo amor es la melodía que convoca a la nostalgia, hace que los cuerpos se conviertan en el símil de un oleaje, los espectadores cantan, bailan de a poquito con el movimiento de su dorso, despacio, improvisando una coreografía sutil.

Tarde de boleros se queda en el corazón de los asistentes. Ignacio Quijada es un profesional que ilustra no sólo a través del canto, lo hace también en su oratoria, en la exposición de la historia sobre esas canciones entrañables.

Tarde de boleros en Casa de la Cultura. Un aplauso que se prolonga y cuyo sonar levita en la ciudad.

Carlos Sánchez

La poesía en una canción. En las notas de la banda. En el canto, en los espectadores que escuchan y reaccionan. Cantan también porque la emoción es un río que se desborda.

En el Callejón del Templo, en Álamos, Sonora, en el Festival Alfonso Ortiz Tirado, Geo Meneses llega para cantar. Alma de México se llama su espectáculo. En el curso de la noche manifiesta los argumentos por los cuales el nombre de su programa.

En el preámbulo del concierto un cantante de rap irrumpe espontáneo, a ritmo de rima construye el preludio de lo que el espectador encontrará esa noche de canto: “Qué si no la música es el alma de México… (y aquí y ahora) el alma de México sin cortes comerciales…”

El rapero es integrante de la Banda Bastön y en algún momento regresará al escenario para acompañar a Geo Meneses; juntos interpretarán una canción que cuenta el amor y el dolor ante la muerte.

Un sombrero negro es rasgo de identidad. Geo Meneses lo porta y el rebozo amarillo le cae sobre la espalda.

En su oratoria, a intervalos de su canto, Geo agradece “a la magnífica Banda del Estado de Sonora”, y apunta que “uno de los objetivos de llevar a cabo este proyecto en México (el interpretar canciones mexicanas) es de alguna manera crear un vínculo con las nuevas generaciones, que los jóvenes no se olviden de dónde son, de dónde vienen, por qué vivimos este presente, entenderlo y de alguna manera tener una proyección hacia nuestro futuro, un futuro más enriquecedor, más amable”.

Luego viene la participación de la Banda Bastön para interpretar esa canción, dice Geo Meneses, “de amor, la que dibuja la realidad de mujeres que no tienen la capacidad o los medios para tener atención médica y muchas veces por la distancia deciden morir en brazos de su amado, porque saben que la vida no les alcanzará para llegar a la capital del país”.

La fusión de géneros, el rap una vía de interpretación, la diversidad que rompe los prejuicios y hermana el canto. Los espectadores abren más los ojos y el sentimiento a la postre será la consecuencia en aplausos como una ofrenda de gratitud.

Geo Meneses felicita al director de la Banda del Estado, Luis Gerardo Trejo; él levanta las manos también a manera de gratitud y la música se alza de nuevo para volar hacia los espectadores.

En el momento menos esperado Abraham Barrera asciende al escenario, posa sus manos sobre el piano y es otra vez la diversidad una constante en el concierto. Escuchamos y sentimos.

Antes de que la noche se sumerja en densidad, Adriana Cao hace lo suyo al arpa, el sonido acompaña la voz de Geo Meneses quien alegre se yergue para seguir cantando.

Al final del concierto la solicitud de otra y otra será el manifiesto de la calidad interpretativa de Geo. Ella feliz complacerá.

 Boletín ISC No.  024 / 26 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Álamos, Sonora. – La soprano Valeria Quijada recibió el reconocimiento como Talento Joven 2014 en el marco de la edición No. 30 del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado,  de manos de la directora del ISC, Poly Coronel Gándara, y del presidente Municipal de Álamos, Benjamín Anaya, a nombre del Gobernador del Estado de Sonora, Guillermo Padrés Elías.

La apuesta por la juventud, el nuevo talento y la inclusión son el principal distintivo del FAOT y en este tenor Coronel Gándara manifest&oacuteoacute;: “Este acto es un reconocimiento a las nuevas generaciones de cantantes y músicos; a aquellos que con su esfuerzo y dedicación continúan tejiendo y acrecentando nuestra gran tradición musical”.

En su mensaje de agradecimiento, Valeria Quijada afirmó: “Es importante recalcar que cuando tenemos un sueño grande, existen personas que se involucran en él, como son la familia y los maestros, que me inspiran con su ejemplo de vida, así que el reconocimiento que se me otorga, no lleva solamente mi nombre, sino el de esas personas que me han ayudado en mi crecimiento profesional”

Posterior a la entrega del reconocimiento, los asistentes disfrutaron del Concierto  Voces jóvenes, con: Jéssika Arévalo, soprano; Adriana Romero, soprano; Valeria Quijada, soprano; Christopher Roldán, tenor; Fabián Rodríguez, tenor; Juan Carlos Heredia, barítono; Carlos López, barítono y José Miguel Valenzuela, bajo, acompañados por la Orquesta Filarmónica de Sonora bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda.

Previo al inicio de la ceremonia, Poly Coronel Gándara lamentó el fallecimiento del maestro José Emilio Pacheco Berny; entrañable novelista, cuentista, ensayista y traductor mexicano. “El autor de Los elementos de la noche y Las batallas en el desierto deja un gran legado en la narrativa hispanoamericana”, afirmó.

Las actividades artísticas y culturales del festival continúan en Álamos hasta el 1 de febrero. Consulta el programa general en www.festivalortiztirado.gob.mx, sigue las redes sociales oficiales del FAOT en Facebook (Festival Ortiz Tirado), Twitter (@fcortiztirado), comparte tus experiencias en Instagram (@fcortiztirado) y únete a la conversación con el hashtag #30FAOT.

VALERIA QUIJADA, soprano

Originaria de Hermosillo, Sonora. Comenzó los estudios de canto con la soprano cubana Marybel Ferrales. En el 2010 ingresó a la Licenciatura en Música, opción Canto, de la Universidad de Sonora. Ha tomado clases de perfeccionamiento vocal con Teresa Rodríguez, Anahet Nercesyan, Eugenia Garza, Guillermo Armada, Jorge Parodi, Xavier Ribes, Marioara Trifan, Maureen O’Flynn, Claude Corebeil, Bernardo Villalobos y André Dos Santos. En 2012 fue invitada a participar con la Orquesta Filarmónica de Sonora y en 2013 fue una de las tres cantantes seleccionadas para presentarse en la Noche de la Universidad de Sonora, en el marco del Festival Alfonso Ortiz Tirado, en Álamos, Sonora. Ese mismo año, actuó como solista en la Misa Stabat mater de Giovanni Batistta Pergolesi, acompañada por la Orquesta Filarmónica de Sonora y en junio en la Pequeña Misa Solemne de Gioachino Rossini, en las Fiestas del Pitic. Actualmente cursa el séptimo semestre de la Licenciatura en Música, con la guía de la soprano Sarahí Salgado.

Por primera vez la OFS interpreta a Wagner en un programa diseñado para su lucimiento

Juan Arturo Brennan

Después de la noche inaugural al aire libre de este FAOT 2104 en sus treinta años, la actividad musical nocturna regresó a su hábitat usual, el patio del Palacio Municipal de Álamos. El título de la actividad de anoche: Gala de la Filarmónica. En efecto, si bien estuvo presente la participación de dos voces de soprano, la parte del león se la llevó la Orquesta Filarmónica de Sonora, a través de un programa diseñado especialmente para su lucimiento. De inicio, bajo la batuta de Enrique Patrón de Rueda, se interpretó ese dulce y a la vez brillante número que es La mañana,  de la espléndida música incidental de Edvard Grieg al Peer Gynt teatral de Henrilk Ibsen. De inmediato fue evidente que la OFS se había superado respecto a su actuación de la noche anterior, en la que la tenue frontera que hay entre lo popular y lo populachero impidió quizá un mejor rendimiento. Después, una de las sorpresas más agradables que recuerdo en las programaciones recientes del FAOT. La soprano Penélope Luna evitó  el camino trillado de la acumulación de caramelos operísticos complacientes, y ofreció en cambio una importante pero casi desconocida obra del repertorio vocal: el hermoso (y muy difícil) Concierto para soprano coloratura y orquesta de Reinhold Gliére. No hay poesía, no hay texto, no hay asociación extra-musical ninguna, de modo que la soprano puede (y debe) concentrarse íntegramente en una línea vocal pura, de amplios y extensos arcos, y muy demandante en el manejo de los registros. Fue esta apenas la segunda vez que Penélope Luna presenta en público esta singular obra, y afirma que es su intención seguir cantándola hasta tener un dominio pleno de la partitura. Por lo pronto, fue evidente que la joven soprano preparó la pieza de Gliére a conciencia, y que la cantó con convicción. Las aristas que quedan por pulir quedarán resueltas sin duda en sus siguientes presentaciones del Concierto para soprano coloratura del compositor ruso.

La segunda parte de esta Gala de la Filarmónica fue diseñada para el lucimiento conjunto de la orquesta y de la soprano canadiense-americana Othalie Graham: Wagner, Wagner y más Wagner. Para la Filarmónica de Sonora, los puntos cimeros del programa fueron la espectacular y divertida obertura de la ópera Rienzi, y dos números orquestales más que fueron presentados a la manera en que suelen interpretarse en los teatros de ópera. Es decir, la Cabalgata de las valkirias seguida sin pausa del espeluznante canto de guerra y rabia Hojotoho! que canta Brunhilda en La valkiria; y para concluir el compacto y atractivo programa, el Preludio y la Muerte de amor (Mild und Leise es su título oficial) de ese portento de ópera que es Tristán e Isolda. En ambas piezas, así como en el aria Dich, teure Halle de la ópera Tannhäuser, Othalie Graham demostró que es, en efecto, el tipo de soprano heroica, potente, guerrera, que se necesita para la cabal interpretación, no solo vocal sino también teatral, de los demandantes y espectaculares roles wagnerianos. En entrevista posterior al concierto, la maestra Graham afirmó que el agotamiento vocal después de cantar estos repertorios no es tan severo si uno sabe, como ella lo sabe, cantar no solamente con la voz sino, como mandan los que conocen y saben, con todo el cuerpo.  Para rematar, Othalie Graham cantó fuera de programa un aria de la Turandot de Puccini, hecha con la misma potencia y solidez que sus interpretaciones de Wagner. Aquí quedaría simplemente la pregunta: ¿qué tan propio es cantar, cualquier cosa, después de la Muerte de amor de Tristán e Isolda, donde se acaban la vida, el amor y la música, y nada hay más allá?

Horas antes, en el Templo de la Purísima Concepción, ocurrió un muy satisfactorio recital de violín solo a cargo de Adrián Justus. La primera parte, protagonizada por la incomparable música de Johann Sebastian Bach, luciendo especialmente esas dos joyas del repertorio que son el Preludio de la Partita No. 2 y la Chacona de la Partita No. 3. En estas y las demás piezas de Bach, el destacado violinista se mostró conocedor y respetuoso de los parámetros de ejecución del repertorio barroco, sin llegar a utilizar las técnicas de la práctica de ejecución historicista. Aun así, Adrián Justus se permitió un par de guiños personales al  fraseo y la articulación, sin desvirtuar ni pervertir el espíritu de Bach. La segunda parte de su recital fue protagonizada por doce de  los diabólicos 24 Caprichos del igualmente diabólico Niccoló Paganini, intercalados con algunas narraciones y observaciones del violinista. Para culminar, un inteligente arreglo del propio Justus al clásico tango El choclo, con ciertas referencias que, no por fugaces, fueron menos identificables, como por ejemplo un toque inconfundible del estilo instrumental de Ástor Piazzolla.

Hay que señalar que el público del FAOT aún da muestras de cierta inmadurez, ya que interrumpe aplaudiendo entre los movimientos de las obras que se presentan en secciones. Ocurrió por la mañana en Paganini, ocurrió en la noche en Gliére. Aunque parezca un asunto menor, es necesario ir poco a poco formando a los asistentes para evitar que tales exabruptos atenten contra los cantantes, el director, la orquesta, la música misma, el público, y la continuidad de los conciertos.

Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com

Ningún otro nombre tan presente como el de Alfonso Ortiz Tirado. En Casa de la Cultura de Álamos todas las voces para decir la importancia del alamense en su paso por la vida. Todas las voces para reconocer el esfuerzo de los fundadores de FAOT.

En el contexto del Festival en su treinta edición, autoridades y público en general aplauden las ideas, el compromiso, la organización de aquel recital denominado Remembranzas en 1985 donde se ofreciera por primera vez un tributo a don Alfonso y el cual desencadenaría, como un alud, en lo que es ahora el Festival de música de mayor prestigio en México.

El programa se denomina En el principio fue la música… Reconocimiento a los iniciadores del Festival.

Con luz tenue, emoción constante, en torno a las paredes altas y de fondo, en el escenario, un piano esperando por las manos del intérprete, Poly Coronel Gándara, directora de Instituto Sonorense de Cultura ofrece sus palabras, en ellas destaca el gusto de estar en Álamos, en el Festival. Y expone:

“Era difícil imaginar que aquellas primeras veladas en el Museo Costumbrista alcanzarían las cumbres de hoy en día, que ese primer programa con las canciones más emblemáticas del doctor Ortiz Tirado, con Rito Emilio Salazar al piano, y con la voz de Elsa Limón, se convertiría treinta años después en una inauguración con dos extraordinarios cantantes: Fernando de la Mora y Olivia Gorra, una filarmónica de Sonora y más de tres mil personas celebrando al tenor alamense, y sin embargo aquí estamos convocados por uno de los festivales más destacados en México, emblema de este pueblo mágico, memoria artística y cultural de un hombre fuera de serie.

“Hoy nos reunimos para celebrar a ese grupo de visionarios, a esos hombres y mujeres que pensaron que era necesario rescatar la figura de un gran artista, pero más importante, de un ser humano generoso como pocos”.

El grupo de visionarios a los que se refiere Poly Coronel, y quienes recibieron el reconocimiento en manos de la misma directora de Instituto Sonorense de Cultura y del presidente municipal de Álamos Benjamín Anaya, son: Guadalupe Moreno; Ana Silvia Laborín; Antonio Estrada; Ernesto Almada; Roberto Méndez; Manuel Borbón. En representación de la familia Ortiz, recibió el reconocimiento la señora María Luisa Ortiz.

Por la importancia de su participación, la Estudiantina Alfonso Ortiz Tirado recibió el reconocimiento en manos de su director Rafael de Jesús Figueroa.

En el reconocimiento a los fundadores y minutos antes de la entrega de las constancias, un video con la voz del ejemplar tenor sonorense Arturo Chacón, narra la historia del festival, allí también las voces de los protagonistas, fundadores y participantes de algunas de las ediciones de FAOT, Arturo Márquez, Carlos Prieto, Tony Estrada, Poly Coronel, entre otros, exponen sus impresiones y la trascendencia del Festival.

En el momento cumbre de la celebración Ana Silvia Laborín destaca la importancia de los habitantes de Álamos, su actitud, y la entereza por el festival. “Sin su gente esto no sería posible”, acota.

Después las notas en el piano llenan el escenario. El pianista Pánfilo Borrego trae para el público melodías de Agustín Lara, en el anfiteatro hay vino tinto, canapés, palabras que reiteran la trascendencia del tenor alamense quien en su inmortalidad da vida al Festival Alfonso Ortiz Tirado.  

 Boletín ISC No.  023 / 26 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Álamos, Sonora. – Vamos a tomar unos tragos, vamos a conversar, vamos a sacar una guitarra y cantar una canción. Andrés Cepeda desea que esa canción que te hable del amor, de la pasión, de las emociones desbordadas, sea una de su autoría y que la hagas tuya.

El cantautor colombiano es consciente de las dificultades sociales por las que atraviesa su nación y otros países de Latinoamérica, pero él prefiere tomar un camino diferente con sus composiciones. 

La música de Andrés Cepeda es de esa música que se puede silbar, que se puede cantar en casa, que la gente corea en los conciertos. Son canciones para disfrutar. 

“La música que les traigo quiero que los distraiga un poco y los relaje en medio de tanta locura”, dice durante una conferencia de prensa un par de horas antes de pisar el escenario del Callejón del Templo de Álamos del 30 Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado la noche del 25 de enero.

Los temas de Andrés Cepeda, ganador del Grammy Latino a Mejor Álbum de Pop Tradicional en el 2013 por su álbum Lo Mejor que Hay en Mi Vida, se mueven en esas aguas pasionales que identifican a la sangre latina. 

Son, bolero, balada, pop, rock y ritmos andinos forman la fusión de sonidos y formatos musicales que explora Cepeda, y el concierto en Álamos, su primero en México, fue una afortunada carta de presentación para este intérprete y compositor con más de 15 años de trayectoria musical. 

Alrededor de 3,000 personas disfrutaron de la música de Andrés Cepeda en este pueblo mágico, y el artista no desaprovechó el escaparate brindado por el festival.

El impacto del concierto no se quedó en Álamos: Radio Educación realizó una transmisión en vivo del concierto que llegó a todo México, también a algunas radiofusoras de Estados Unidos y Latinoamérica, y a través de Internet alcanzó a sus fans en cualquier parte del mundo.

El 30 Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado 2014 fue la puerta de entrada a México para Andrés Cepeda, y él, agradecido, promete regresar al pueblo de Sonora que le dio una cálida bienvenida.

Las actividades artísticas y culturales del festival continúan en Álamos hasta el 1 de febrero. Consulta el programa general en www.festivalortiztirado.gob.mx, sigue las redes sociales oficiales del FAOT en Facebook (Festival Ortiz Tirado), Twitter (@fcortiztirado), comparte tus experiencias en Instagram (@fcortiztirado) y únete a la conversación con el hashtag #30FAOT

Boletín ISC No. 022/ 25 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Álamos, Sonora.- En la segunda jornada de actividades del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado 2014, se reconoce el talento de tres jóvenes artistas plásticos sonorenses, con la inauguración de la Ruta del Arte.

El presidente Municipal de Álamos, Benjamín Anaya y la directora del Instituto Sonorense de Cultura, Poly Coronel, fueron los encargados de inaugurar la Ruta del Arte 2014, que comprende 26 exposiciones distribuidas en distintos lugares de este Pueblo Mágico.

En la inauguración, se reconoció el  talento, actividad productiva y participación en el desarrollo de las artes visuales del estado de Sonora a Carlos Iván Hernández, David Vera y Luis Mercado

Considerando la tendencia global en el mundo de lo contemporáneo, y en homenaje a su sólida trayectoria se realizó el reconocimiento a estos artistas que forman parte de un nutrido grupo de autores sonorenses, quienes desde la fotografía, el video, el cine y otros medios no tradicionales, llevan a Sonora a situarse en el panorama nacional del arte contemporáneo.

La titular del ISC, los invitó a que “pongan en alto el nombre de Sonora y de México en el grandioso universo de las artes visuales”.

En la Ruta del Arte, se destaca la exposición de los tres artistas reconocidos titulada  Arte contemporáneo desde Sonora en Museo Costumbrista de Álamos.

También se podrán encontrar las exposiciones Realidad cristalizada de Teresa Loza Macedo, Bárbara Gosciniak y Delma Garza en Casa de la Cultura de Álamos, Línea de agua de Darío Val en Restaurante Terracota, Ojos de niños de Alejandra Sandoval en Escuela Bartolomé M. Salido y Cromática sonorense, fotografías de Mario Sánchez Luna en Restaurante Polo´s. 

El programa general está disponible en www.festivalortiztirado.gob.mx, siga las redes sociales oficiales del festival en Facebook (Festival Ortiz Tirado), Twitter (@fcortiztirado) e Instagram (@fcortiztirado), y únase a la conversación con el hashtag #30FAOT.

Con Fernando de la Mora y Olivia Gorra

Juan Arturo Brennan

Con buenos auspicios y una asistencia multitudinaria se inició anoche la trigésima y conmemorativa edición del Festival Alfonso Ortiz Tirado aquí en Álamos, Sonora. El contexto celebratorio fue perceptible desde la elección misma del escenario: por vez primera en estos treinta años del FAOT, la gala inaugural no ocurrió en el tradicional espacio del patio del Palacio Municipal, sino en el Callejón del Templo, asociado usualmente en el FAOT (aunque con excepciones)  a los eventos de música popular. Se comentó que la elección del escenario tuvo algo que ver con una petición del tenor Fernando de la Mora, uno de los protagonistas de esta singular noche inaugural, quien quiso compartir su canto con más gente y remarcar el ambiente festivo al presentarse en un espacio menos formal y más flexible que el Palacio Municipal de Álamos.

Así, el programa que Fernando de la Mora compartió con la destacada soprano mexicana Olivia Gorra resultó de principio a fin un asunto de gran atractivo para un público muy conectado a ciertos ámbitos del repertorio de canciones tradicionales. A lo largo de su presentación, los dos cantantes estuvieron acompañados por la Orquesta Filarmónica de Sonora, que trabajó bajo la batuta del experimentado director Enrique Patrón de Rueda, quien a lo largo de los años ha desarrollado un “colmillo” singular en el acompañamiento de cantantes en todo tipo de repertorios. Hablando de repertorios, una mirada al programa que interpretaron Gorra y De la Mora permite apreciar algunos hilos temáticos o conductores, que le dieron un perfil variado y a la vez sistemático a esta gala inaugural del FAOT 2014. Uno de estos hilos, el más tenue y menos destacado de la noche, fue el de la música puramente orquestal; la OFS abrió el programa con la polka Rayos y truenos de Johann Strauss Jr., y en uno de los intervalos entre canción y canción ejecutó el infaltable Huapango de José Pablo Moncayo, pieza que a pesar de todos los pesares sigue siendo de gran atractivo para el público, y un éxito incuestionable para quienes lo interpretan.

Una segunda vertiente de la gala de anoche fue la de la música estrictamente operística, área en la que los cantantes fueron parcos y hasta cierto punto reservados: el intenso dueto de amor de la ópera Romeo y Julieta de Charles Gounod, y el famoso Brindis de la ópera La Traviata, de Giuseppe Verdi. El resto del programa, evidentemente calibrado para máximo impacto popular, puede dividirse en varios apartados. Por un lado, un poco de canción italiana (con énfasis en lo napolitano), con Torna a Sorrento, Non ti scordar di me y Con te partirò (ésta última cantada por Olivia Gorra en su versión en español, como Por ti volaré). En otro renglón de este popular programa podrían quedar las canciones románticas del tipo que algunos especialistas han llamado la “canción fina mexicana”, con la presencia de piezas de Álvaro Carrillo, Alfonso Esparza Oteo, Lorenzo Barcelata, María Grever y Gonzalo Curiel. Por ahí, un fugaz pero interesante recordatorio de la música vernácula de otros rumbos, con una canción del cubano César Portillo de la Luz.

Y como platos auténticamente fuertes, tres pilares de la música popular mexicana, ídolos indiscutibles de nuestra canción, que fueron sonoramente coreados por el público, un poco por iniciativa propia y un mucho a convocatoria expresa de Fernando de la Mora: José Alfredo Jiménez, a través de cuya música el concierto se transformó por momentos en una virtual noche de copas y mariachi; Agustín Lara, figura indispensable de nuestro imaginario musical urbano, de arrabal y cabaret; y Juan Gabriel, uno de los pocos ídolos populares auténticos y de arraigo universal en nuestro país.

A todo ello habría que añadir tres números que redondearon la velada con las infaltables alusiones mexicanistas y regionalistas, que fueron especialmente apreciadas por el público que abarrotó desde temprana hora el Callejón del Templo: México lindo y querido, Viva México, y Sonora querida. Cálido y carismático como siempre, Fernando de la Mora condujo este concierto popular con muchas tablas y tuvo en Olivia Gorra una colaboradora ideal. Se nota que entre ellos, y con Enrique Patrón de Rueda, existe una añeja complicidad artística que sigue funcionando muy bien. Todo esto, en cuanto a la parte estrictamente musical de la gala inaugural.

En la parte protocolaria, la velada inició con Fernando de la Mora recibiendo, evidentemente emocionado, la Medalla Alfonso Ortiz Tirado. En su breve y compacta alocución, el tenor retomó un asunto en el que ha estado poniendo mucho énfasis en sus presentaciones de los últimos años. Certeramente, De la Mora recordó a la clase política mexicana que lo que se destina a la cultura no es un gasto, sino una inversión; y de manera contundente, dijo algo que en estos tiempos y circunstancias tiene una especial relevancia, al afirmar que sólo el arte y la cultura pueden salvarnos de los abismos a los que estamos asomados. Cuánta razón tiene en esto Fernando de la Mora.

Es preciso concluir mencionando que además de la multitudinaria asistencia del público, esta sesión inaugural del FAOT 2014 en sus primeros treinta años de existencia contó con una nutrida cobertura mediática. Ojalá que esa atención de los medios no se reduzca una vez pasada la ceremonia protocolaria, y que el resto de las actividades del Festival sigan siendo difundidas con la misma enjundia. Para hoy, noche de la segunda gala del FAOT 2014, la música y el canto regresan a su sede tradicional, el patio del Palacio Municipal de Álamos.