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Presentan el libro Días de canto, una compilación de los momentos más importantes del FAOT

Boletín ISC No. 041 / 30 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Álamos, Sonora.- El Instituto Sonorense de Cultura presentó el libro Días de canto, en el marco de la edición número 30 del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado en Álamos, Sonora.

Carlos Sánchez, autor de los textos del libro, puntualizó que Días de canto es una compilación de los momentos cumbres del festival: sus días de gloria, la trascendencia de un foro para la formación musical y para el espectáculo como ofrenda para el espectador.

“Estamos aquí para celebrar la existencia de las 30 ediciones del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado, y para que la memoria no sea únicamente nuestra y nos habite sólo en nuestras mentes; hoy emprendemos la tarea de compartir en palabras e imágenes la historia del FAOT”.

“Es un libro por definición humano, con una prosa gratamente honrada”, consideró Juan Arturo Brennan, quien escribió el prólogo del libro. 

El crítico de arte opinó que el libro contiene lo importante, lo destacado y lo necesario de la historia del FAOT, y que esa economía en el contenido y el lenguaje lo hace una lectura cálida. 

Días de canto es una publicación del Gobierno del Estado de Sonora a través del Instituto Sonorense de Cultura, con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

El evento se realizó en el Museo Costumbrista de Sonora y fue presidido por Poly Coronel Gándara, directora general del ISC; Ignacio Mondaca; coordinador de Literatura; Carlos Sánchez, periodista y escritor, y Juan Arturo Brennan, crítico de arte. Como invitado estuvo presente el compositor alamense Arturo Márquez. 

El Festival Cultural Alfonso Ortiz Titado continúa en Álamos hasta el 1 de febrero. Consulte el programa general en www.festivalortiztirado.gob.mx 

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Fernando Delgadillo: Tiempo ventanas

Boletín ISC No. 043 / 31 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Colaboración especial de Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com

La multitud espera por el cantautor. Son las nueve de la noche y aunque el concierto está programado para las nueve y media, ya no hay asiento vacío.

La tercera llamada es puntual. Como un juglar, Fernando Delgadillo se aposenta en el Callejón del Templo. Cuenta sus canciones. Al compás de guitarras hilvana la crónica, la historia desde su creación, el recorrido musical compuesto en 27 años y que ahora comparte en el 30 Festival Alfonso Ortiz Tirado.

Fernando Delgadillo toca la guitarra y con el sonido de fondo advierte de lo que se trata: “De presentar gran parte de lo que tenemos, del disco que acabamos de publicar, este trabajo lo hicimos en septiembre, el lanzamiento, y vamos a hacer unas piezas para que tenga su difusión y tenga su repercusión emotiva si lo merece”.

Delgadillo es flanqueado por cuatro guitarristas, compañeros de viaje en este concierto donde el disco que presenta lleva por título Tiempo ventanas. Y el contenido de este ejemplar es una puerta a la calidad interpretativa del cantante, a su actitud lúdica y espontánea. A la habilidad para construir con palabras las historias como impulso y argumento para la composición y el canto.

Primavera es el título de la primera canción. El clima ad hoc, un vientecillo lento y agradable se pasea por el callejón. Allí donde ya los espectadores encuentran el canto; los pormenores en acordes y versos.

El concierto avanza y Delgadillo elocuente da pie en cada una de sus rolas con la anécdota aquella donde surge la canción.

“La canción trata más que nada de retratar lo que vienen siendo la temporada de semana santa en el año de 2011, es un disco que se llama Tiempo ventanas de manera que cada canción va a intentar retratar un instante, este es un sentir más o menos de cómo sucede esta semana santa en la populosa ciudad de México, que es donde ahorita estamos nosotros viviendo”.

La canción que interpreta se llama Semanario, el público a petición del cantante, acompaña las estrofas con el sonido desde sus manos. Golpes que aportan ritmo y es entonces cuando ocurre la colectividad musical.

Al término de la canción no faltan las risas, los festejos, la solicitud de un título que quizá en lo sucesivo del concierto complacerá. Quizá.

Esta noche de callejón el intérprete de la trova contemporánea en México, aparte de contar y cantar el contenido de Tiempo ventanas hace un paseo hacia los anteriores discos.

Un viaje impostergable llega cuando ya trae la historia de la ocasión en que manejó un velerito que se consiguió. Entre pairos y derivas es el tema que la gente corea. Y bailar despacito, en la similitud de un remo sutil a bordo de la embarcación.

Fernando Delgadillo, incansable en su decir, hacer y cantar. Un concierto que se postergó hasta la media noche, un concierto donde la constante fue la crónica lúdica y romántica. El vuelo de almas como pájaros. Los espectadores complacidos al observar el canto en el callejón, desde el tiempo, desde las ventanas donde la literatura se hace canción.

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Los pequeños tienen su espacio de diversión en el FAOT 2014

Boletín ISC No. 042 / 31 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

El Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado, recibe a público de todas las edades y los espectáculos dedicados a los niños no pueden ser la excepción. 

Desde el primer fin de semana, el escenario infantil ubicado en la Escuela primaria Bartolomé M. Salido, presentó la obra de teatro Los bukis revoltosos del doctor Hoffman con el grupo Andamios Teatro, un montaje delicioso que invita a la reflexión de dos mundos por momentos en conflicto: el de los adultos y el de los pequeños. 

El domingo 26, Rosa Vilá nos divirtió con La vaca cantante, donde Láctea, una vaca muuuy especial viaja desde el campo a la ciudad para cumplir su sueño: ser cantante. Láctea canta ópera, jazz, rock, rap y salsa, y vive muchas aventuras para poder alcanzar su deseo. 

El jueves 30, se ofreció un concierto especial con los niños participantes en los talleres de música impartidos por Jesús Eduardo Ramírez, Rosa María Robles Linares y David Camalich.

 

Para el cierre del Festival, Abraham Barrera en compañía de los actores Alejandra Ley y Miguel Dávalos, presentará los espectáculos Leyendo sueños y Van Gogh, el pintor, el viernes 31 y sábado 1 de febrero, a las 16:00 horas. 

Leyendo sueños, presenta tres historias entrelazadas a partir de la música original de Abraham Barrera, inspirada en obras escultóricas del artista mexicano Carlos Aguilar, como Leyendo sueños, El ángel de la música, Los mimos, entre otras, todas impregnadas de literatura clásica: El Quijote, El fantasma de la ópera y de personalidades con relevancia mundial como Marcel Marceau o personajes fantásticos como Aladino.

También con música original del maestro Barrera, Van Gogh, el pintor invita al auditorio a conocer y apreciar más de una docena de pinturas de este artista, a través de representaciones de detalles específicos de algunas de sus obras. Música, actuación y danza, girando en torno de la pintura de Van Gogh. El espectáculo describe parte de los motivos que tuvo para realizar diversas obras; retomando siempre las voces de Vincent y Theo Van Gogh se abordan pasajes descritos por ellos en la correspondencia que mantuvieron siempre.

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Irina Kulikova: expresividad y belleza en la guitarra

Boletín ISC No. 040 / 30 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Álamos, Sonora.- Para Irina Kulikova, la guitarra es como el café: Lo necesita todas las mañanas; es una adicción. 

“Es un romance que comenzó desde que tenía cinco años y es para siempre; soy adicta a la guitarra”, dice la intérprete de origen ruso.

El efecto estimulante de su guitarra clásica encantó al público de Álamos durante su recital en el Templo de la Purísima Concepción, el 29 de enero. 

Kulikova, quien ha ganado primeros lugares en competencias alrededor del mundo desde los 12 años, ofreció un concierto en el que destacó su expresividad y belleza de tono en las cuerdas.

La primera parte del programa incluyó temas de su más reciente producción discográfica, Guitar Recital y después del intermedio compartió sus canciones rusas favoritas. 

Maravillada con Álamos y México, Kulikova expresó: “La gente mexicana es muy abierta, siempre sonriente, disfruto de estar aquí”.

Las actividades artísticas y culturales de la edición número 30 del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado continúan hasta el 1 de febrero.

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Sexta jornada del Festival Alfonso Ortiz Tirado 2014

Juan Arturo Brennan

El Templo de la Purísima Concepción de Álamos sigue siendo fuente de notables recitales de música instrumental. Ayer se presentó la destacada y multi-premiada guitarrista rusa Irina Kulikova, con un programa en el que puso de manifiesto la combinación ideal de técnica impecable y matizada expresividad que debe ser el perfil de todo buen guitarrista.

Después de una evocadora ejecución de Asturias de Isaac Albéniz, ofreció su propia transcripción a la hermosa Primera suite para violoncello solo de Bach, una versión que a la vez que respeta lo mucho que tiene de respetable el original, propone elementos específicamente guitarrísticos que son ciertamente enriquecedores. Particularmente notables en esta transcripción suya, el Preludio y la Sarabanda de la Suite No. 1 de Bach.

En la segunda parte de su recital, la guitarrista ofreció música de su tierra natal, a través de la obra de dos compositores rusos que seguramente son primicia en nuestro ámbito: Sergei Rudnev y Konstantin Vassilev. En las obras que interpretó de ambos, Irina Kulikova continuó su línea de conducta a través de piezas en las que impera sobre todo la nostalgia, el recuerdo, el anhelo y la melancolía. En este sentido, la única pieza realmente extrovertida del programa fue la compleja y demandante Fantasía Op. 19 de Luigi Legnani con la que cerró la primera parte de su recital. 

A destacar en el perfil técnico de alto nivel de Irina Kulikova, la pureza y exactitud de sus armónicos, y la fluida precisión de sus trémolos. Este último elemento fue puesto de relieve también en el encore ofrecido por la guitarrista, esa entrañable y evocadora pieza que es Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tárrega, interpretada con las pinceladas de romanticismo que le son indispensables. 

Por la noche, en el Palacio Municipal, la sexta gala del festival, anunciada como Noche de gala de música mexicana – Solamente una vez. Aquí, el concepto “gala” estuvo cimentado en su totalidad en música popular, a través de un programa, por así decirlo, infalible a los ojos y oídos del público. Como en otras galas de este FAOT 2014, varias voces subieron al escenario: la mezzosoprano Encarnación Vázquez, el tenor José Luis Ordóñez y el barítono Carlos Sánchez.

Entre lo interesante de este recital hay que señalar un acompañamiento instrumental que no era piano solo ni era orquesta, sino, a mitad de camino, un parco y bien equilibrado ensamble encabezado desde el piano por Józef Olechowski (autor de los arreglos de varias de las canciones presentadas), con su hermano Kazimierz al violín, Luz María Frenk en el violoncello y Eleanor Weingartner en el clarinete, todos ellos instrumentistas de sólida trayectoria y amplia experiencia camerística.

En cuanto al repertorio, puede decirse coloquialmente que no tuvo pierde: Esperón, Esparza Oteo, Cortázar, Monge, y una segunda parte aún más atractiva para el público, con canciones de Agustín Lara, María Grever y Consuelo Velázquez. A notar que algunos de los arreglos de estas canciones fueron más allá de las versiones “originales”, por así decirlo, y ofrecieron algunas pinceladas de jazz y otras manifestaciones musicales colaterales, todo ello con buenos resultados. 

Los cantantes se presentaron solos, y en distintas combinaciones, extrañándose solo un dueto de mezzosoprano y barítono que no ocurrió, y que quizá hubiera sido particularmente atractivo por la combinación de tesituras. Eso sí, cuando Carlos Sánchez cantó Yo soy mexicano, se sintió que en el ambiente flotaba algo de Jorge Negrete. Los cantantes, de buen nivel y bien preparados los tres, y todos ellos tomaron como línea de conducta el cantar sus respectivas canciones en un estilo más operístico que vernáculo, con todos los pros y contras que ello implica.

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El arte urbano, ambientación callejera

                                                                     Boletín ISC No. 038 / 30 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Circo sin rumbo, Óperas de papel e Impromtus musical

Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com

Un vendedor de tacos eleva su voz. Una joven señorita canta mientras camina la ciudad. Un vendedor de globos entona las notas que sorprenden a los transeúntes.

Todo ocurre al entrar la tarde, por sobre los callejones de Álamos, a la vera del mercado, en el vientre del Festival Alfonso Ortiz Tirado.

Ópera urbana, música que asalta la vida, la espontaneidad del arte: Circo sin rumbo, Óperas de papel e Impromtus musical son los espectáculos callejeros que ocurren todos los días.

Las notas de un saxofón dan la pauta para el recorrido desde el mercado, por el Callejón del beso y hacia la Plaza de Armas, el destino final es el umbral del Templo de la Purísima Concepción. Allí los malabares desde dos clown retendrán al público con sus juegos lúdicos, con sus juegos de palabras.

Pero antes la diversidad musical, el sax y el pandero, la trompeta y las voces. Así el recorrido, así la alegría de los sonidos acompañados de los pasos de habitantes de la ciudad de los portales, de turistas que buscan lo que dice el lenguaje universal: la música.

Y por ahí no falta el grito perfecto que se adhiere al espectáculo: ‘hay naranjas’ frase del vendedor ambulante que funciona como pie para la siguiente oración. ‘Pásele a los tacos, tenemos aguas frescas’ suena después de que la trompeta escala su máxima potencia.

Así las tardes de Festival, la sapiencia de los integrantes del espectáculo, personas que se vuelven personajes para entregar lo aprendido como un acto también de formación de públicos.

Porque varias veces los ojos de niños se han quedado prendidos ante la entonación de una canción dicha en ópera y tampoco ha faltado la sorpresa en la mirada del joven que vende jamoncillos, al escuchar el saxofón cuyo sonido se levanta por entre los callejones.

Circo sin rumbo, Óperas de papel, Impromtus musical: un eslabón más para la formación y divertimiento en este trigésimo Festival en honor a don Alfonso, y a favor de la sociedad. 

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Calacas Jazz Band: En realidad un sueño

                                        Boletín ISC No.  039 / 30 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno 

Colaboración especial de Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com

Un viento de sensualidad desciende hacia el Callejón del Templo. Emana de las notas musicales. Calacas Jazz Band las esculpe. El carisma es el cincel. Al final del concierto una escultura de felicidad quedará prendada en los rostros de los asistentes.

En el Festival Alfonso Ortiz Tirado se realiza un sueño. El baterista de Calacas lo confiesa: “Hace cuatro años vinimos a tocar a Álamos, la situación era muy diferente, hacía mucho frío, estaba lloviendo y nos dijeron ‘chicos no se van a poder presentar´. Nos llevaron al teatro de Palacio y tocamos, pero nos quedamos con las ganas de tocar al aire libre y hoy se nos cumplió ese sueño de hace cuatro años, gracias a ustedes”.

María baila, canta. Es su profesión decir versos, con alegría que contamina. Su atuendo es sencillo, pulcro: falda y suéter negro. Su cuerpo es la similitud de palmeras al ritmo del viento. Siente el compás de la trompeta, el sax, el contrabajo, el clarinete, los tambores, el banjo.

María la voz, personaje del escritor Juan de la Cabada, muchos años después y como fantasía la reencarnación y la otra cara de la moneda, la sensibilidad intuitiva para poner cada verso en su lugar: oraciones que inevitablemente convocan a bailar.

Y bailar es un impulso cuando ya el concierto avanza, cuando los espectadores ascienden también al trance propuesto por Calacas Jazz Band, porque la calidad interpretativa parecería ser que emana de un sueño, o quizá el aura de don Alfonso Ortiz Tirado arropa al grupo que toca, a los asistentes, al pueblo entero y mágico que es Álamos.

Noche de concierto y el clímax permanente. Rompiendo los cánones. El trompetista que es Olson Joseph no se contiene el deseo, el impulso, baja del escenario y al filo de las sillas interpreta un solo para la dama de cabellera rubia. Sabemos y sentimos que el sueño de esta noche se prolonga, el júbilo que experimenta la dama es también nuestro. Gritamos hacia adentro y de felicidad.

Con las baquetas implacables, certeras, el baterista nos enseña que las manos son sólo la obediencia a las peticiones que dicta el corazón. En cada golpe a tambores y platillos ocurre la magia. En la continuidad del sueño que anunciara está el acontecimiento de “un estreno mundial”. La canción se llama Calaca, es original de la agrupación y el mismo baterista, Alejandro Hernández, con humildad inquiere a los presentes: “Si no les gusta esta canción nos lo dicen para ya no seguirla tocando”. El alarde y los aplausos fueron manifiesto de aprobación.

Un sax se desgarra. Alcanza sus notas máximas. Cuando la saxofonista, Jazmín Luna, desciende del escenario para ponerse a bailar en compañía de los espectadores, parece inverosímil que en la estatura de su cuerpo quepa tanta altura interpretativa.

Y qué decir del resto de la banda: Cristian Merino en la guitarra y banjo, David de la Rosa en el clarinete, Luis Meneses en el trombón. Y ese contrabajista que en un momento de la noche, a decir de Alejandro el baterista, se volvió loco.

La bendita locura de Alfonso López en sus permanentes solos, en la agilidad de los dedos seduciendo a las cuerdas del contrabajo. La armonía invariable, el deseo de agradecer lo que se escucha, lo que el ritmo nos hace sentir.

Aquí en este texto poco puedo decir: la calidad de Calacas me rebasa las palabras o más bien no alcanzan para decir todo lo que son y anoche fueron.

Tal vez sólo me queda decir que los cuerpos en movimiento allí debajo del escenario son la rúbrica perfecta, la prueba de una noche donde el jazz nos hizo olvidar cualquier indicio de mortificación. Porque la música desde Calacas nos hizo vernos el alma y el corazón se nos expandió hacia los oídos, las pupilas, el cuerpo entero. Bendita locura. Hasta soñar.

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El cantante y compositor mexicano Fernando Delegadillo estará en la edición 2014 del FAOT en Álamos y Cajeme, Sonora

                                                                      Boletín ISC No. 037 / 29 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Álamos, Sonora.- El cantante y compositor mexicano Fernando Delgadillo se presentará el 30 de enero en Álamos y al día siguiente en Ciudad Obregón, en el marco de la edición número 30 del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado en Sonora.

La presentación del jueves será en el Callejón del Templo de Álamos a las 21:30 horas, y el concierto del viernes en la subsede Cajeme comenzará a las 20:00 horas en la Plaza Álvaro Obregón; ambos eventos son abiertos al público y gratuitos.

Con más de 27 años de carrera, Fernando Delgadillo es un artista consumado en el género de la trova y la canción de autor.

Su sitio oficial (www.fdelgadillo.com.mx) registra más de 2 millones 250 mil visitas, su página oficial en Facebook tiene más de 320,000 seguidores y su cuenta de Twitter (@DelgadilloFer) tiene más de 45,000 followers.

El espectáculo de Fernando Delgadillo presenta una ventana a través de la cual el público puede asomarse a la vida del cantaautor, y al mismo tiempo observar un panorama de la cotidianidad en México y América Latina.

Consulte el programa general del 30 Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado, que continua hasta el 1 de febrero, en www.festivalortiztirado.gob.mx.

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Quinto día de actividades en el FAOT 2014: Concierto de música de cámara y Noche de la Universidad de Sonora

Juan Arturo Brennan 

Al mediodía de ayer, la nave del Templo de la Purísima Concepción fue escenario de un impecable, muy satisfactorio recital de música de cámara, que pudiera y debiera ser ejemplo para otros intérpretes y para otro eventos. Se presentaron ahí el pianista Rodolfo Ritter y el violoncellista Vladimir Sagaydo, con un programa camerístico dedicado cien por ciento a la cumbre del romanticismo alemán, con obras de Robert Schumann y Johannes Brahms.

Para iniciar, las Piezas de fantasía de Schumann que, a pesar de su título, se encuentran entre la música más abstracta y pulcra que surgió de su pluma y que son ajenas a cualquier referencia extra-musical. Después, las conocidas Escenas infantiles, también de Schumann, que quizá causaron alguna sorpresa entre los melómanos enterados ahí presentes. Estas conocidas piezas de Schumann conforman uno de sus ciclos pianísticos más famosos; ¿cómo explicar, entonces, que hayan sido interpretadas en violoncello y piano? Muy sencillo: Ritter y Sagaydo tocaron un muy buen arreglo de las Escenas infantiles realizado por Friedrich Grützmacher.

Después del intermedio, la Sonata Op. 38 de Johannes Brahms, alma gemela de Schumann en más de un sentido. De esta sólida y expresiva obra, así como de las otras dos, Rodolfo Ritter y Vladimir Sagaydo hicieron interpretaciones de primer orden, ateniéndose en todo momento a la convicción de que la música romántica requiere, sí, de expresividad, pero no de aspavientos ni excesos.

Buena técnica, cabal comprensión del estilo, presentación pulcra y sobria, buen trabajo de conjunto de Ritter y Sagaydo. ¿Qué más se puede pedir? Estos dos músicos dejaron un standard muy alto para aquellos que han de presentarse en los siguientes días en el escenario del Templo.

Horas más tarde, en el Palacio Municipal, uno de los conciertos que, año con año, se percibe como una sesión de especial interés y atractivo, aunque el público no asista en la cantidad que podía esperarse: la Noche de la Universidad de Sonora, con la presencia de jóvenes cantantes (sonorenses o no) de la Licenciatura en Música, opción Canto, de esa casa de estudios.

De nuevo, un recital sobrio y sencillo en su presentación, con las voces de tres sopranos y un tenor y el acompañamiento al piano a cargo de Héctor Acosta. Lo más destacado desde el punto de vista de la programación fue la división en áreas importantes y bien delimitadas del repertorio: Lied alemán, música de ópera y fragmentos de zarzuela.

El recital comenzó con buenos auspicios, gracias a una delicada interpretación de Selma Ceja a la canción Noche y sueños de Franz Schubert. Bello timbre vocal, pulcritud y cuidado en la afinación y fraseo, fueron las cualidades de su ejecución. Lo que siguió del programa permitió detectar, como ocurre siempre en este tipo de recitales, interesantes diferencias entre las cualidades y los colores de las voces de las tres sopranos; con la interpretación de las obras elegidas anoche, fue posible percibir por ejemplo que la finura de la voz de Selma Ceja se complementó con una mayor potencia y empaque de las voces de Jocelyn Salas y Diana Antúnez. Esta diversidad de cualidades se hizo especialmente perceptible en un dueto de la ópera La dama de espadas de Tchaikovsky, en el que las voces distintas de Selma Ceja y Diana Antúnez lograron buenos y atractivos momentos de ensamble.

Para retomar el inicio de esta Noche de la Unison, cabe señalar que después del Schubert cantado por Selma Ceja, Jocelyn Salas y José Manuel Romero se encargaron de sendas canciones de Robert Schumann  y Richard Strauss, con lo que puede decirse que quedó aludida la mitad de la gran tradición del Lied alemán, siendo la otra mitad la que corresponde a Brahms, Mahler y Wolf. Un recital que inicia con buenas versiones de Schubert, Schumann y Strauss no puede ser sino auspicioso. Más tarde, otro punto de interés particular fue la interpretación de las tres sopranos a una canción de Luigi Arditti, atractiva en cuanto a la combinación de timbres, pero todavía perfectible en lo que se refiere al balance dinámico entre las tres voces. 

En la segunda parte del programa, dedicado básicamente a piezas de zarzuela, se hizo notable un aspecto importante del arte de la ejecución vocal. Mientras algunos de estos jóvenes cantantes han comenzado a adquirir cierta flexibilidad en escena, lo que les permitirá actuar con mayor soltura cuando de ópera (o zarzuela) se trate; otros están todavía ocupados en poner tanto cuidado en la emisión vocal que se sienten un poco rígidos en el escenario. Nada que unas buenas lecciones de baile y movimiento corporal no puedan corregir.

De la región zarzuelera del repertorio, destacaron sendos duetos de Luisa Fernanda de Moreno Torroba y El gato montés de Penella, en los que el joven tenor José Manuel Romero ocupó los roles de galán ante las damiselas interpretadas respectivamente por Selma Ceja y Diana Antúnez. Aquí se notó la voluntad de los cantantes por cuidar los puntos finos del trabajo de ensamble; ya tienen algunas bases en este difícil aspecto de la ejecución vocal pero, de nuevo, faltan por depurar aspectos de balance. En lo general, puede decirse que estas partidas musicales fueron ganadas, en diversos aspectos, por las sopranos.

Para concluir, un popurrí de canciones mexicanas en arreglo de Héctor Acosta, que si no emocionó mucho al público fue quizá porque no se trató de grandes éxitos de todos los tiempos, sino de una selección más personal. El popurrí fue cantado por los cuatro protagonistas de la noche, y en este tramo final del recital de la Noche de la Universidad de Sonora se extrañó hasta cierto punto un trabajo de conjunto más elaborado y demandante.

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“Un Reconocimiento compartido”: Gastón Serrano, Maestro Sonorense 2014

 Boletín ISC No.  032 / 28 de enero / 2014: Austeridad, transparencia y buen gobierno

Álamos, Sonora. – El director de orquesta Gastón Serrano recibió el reconocimiento como Maestro Sonorense 2014 en el marco de la edición No. 30 del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado,  de manos de la directora del Instituto Sonorense de Cultura (ISC), Poly Coronel Gándara, y del presidente Municipal de Álamos, Benjamín Anaya, a nombre del Gobernador del Estado de Sonora, Guillermo Padrés Elías. 

Poly Coronel realizó un recorrido por la historia musical del Estado, “Es en esta tradición que otros compositores y directores de coros y orquesta, como es el caso de Emiliana de Zubeldía y nuestro querido Arturo Márquez, han hecho florecer y refinar el gusto de los sonorenses por la música” enmarcó, y sobre el galardonado subrayó “La labor académica, de dirección y formación musical de este personaje le otorga por mérito propio un lugar en la historia de la música de Sonora”.

En su mensaje de agradecimiento, Gastón Serrano afirmó: “Me siento muy honrado de recibir este reconocimiento, el cual en mi corazón adopta la forma de un reconocimiento compartido, compartido con los integrantes de la Orquesta Filarmónica de Sonora y en lo particular con los miembros fundadores, quienes trabajaron conmigo durante muchos años de esfuerzo para lograr que una pequeña orquesta juvenil se convirtiera en orquesta profesional.

Un reconocimiento compartido con la maestra Emiliana de Zubeldía, con quien inicié mis estudios musicales cuando yo era un adolescente. Ella me dio las bases formativas y la motivación para seguir una carrera musical profesional y de esa manera llevar adelante mi sueño de darle una orquesta a Sonora.

Un reconocimiento compartido con el tenor Fernando de la Mora, quien ofreció conciertos con nuestra orquesta juvenil en el Festival Ortiz Tirado de 2003 y con su motivación y aliento jugó un papel fundamental en la aceptación que logró nuestra agrupación, la cual a finales de ese mismo año pasó a convertirse en Orquesta Filarmónica de Sonora.

Un reconocimiento compartido con el Dr. Alfonso Ortiz Tirado, cuya memoria le da vida a este festival, esta fiesta cultural que se constituyó siempre como un aliciente, un estímulo para la excelencia musical, motivación esencial en la formación de los jóvenes músicos y maestros que conforman la actual Orquesta Filarmónica de Sonora.

A todos ellos mi admiración y aprecio.” .

Posterior a la entrega del galardon, los asistentes disfrutaron el concierto Noche de la Universidad de Sonora, con: Selma Ceja, soprano; Diana Antúnez, soprano; Jocelyn Salas, soprano y José Manuel Romero, tenor; acompañados al piano por Héctor Acosta.

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Gastón Serrano

Originario de Hermosillo, Sonora, inició sus estudios con la maestra Emiliana de Zubeldía. Ingresó a la Escuela Nacional de Música de la UNAM y posteriormente continuó su formación en la Universidad de Arizona, donde recibió sus diplomas de maestría y doctorado en Dirección musical.

A partir de 1994 trabajó en el diseño del plan de estudios de la Licenciatura en Artes de la Universidad de Sonora. En enero de 1995 fue nombrado director de la Orquesta Juvenil Sinfónica de Sonora (Ojusson) y fundó el Programa de Música Orquestal del Instituto Sonorense de Cultura. Durante su tiempo al frente de la Ojusson,  se esforzó por llevar a la agrupación a la excelencia musical.

Como director fundador de la Orquesta Filarmónica de Sonora, de 2003 a 2008 presentó un amplio repertorio musical en la entidad, incluyendo giras estatales y contando con la participación de destacados solistas como el chelista Carlos Prieto y los tenores Arturo Chacón y Fernando de la Mora.