Boletín ISC No. 060 / 17 de febrero / 2015: Bienestar, crecimiento y desarrollo
Colaboración especial de Carlos Sánchez
Luis Fernando Álvarez habla de su pasión por la literatura, el gusto de compartir los libros, su más reciente obra literaria inédita: Frontera mortem y el Premio al fomento de la lectura México lee 2014.
–¿Qué es Duermevela y cómo surge?
–Desde que me he dedicado a las letras, de una u otra forma, pero principalmente como promotor o divulgador de las letras, en Caborca, han sucedido una serie de cosas como el haber tenido una revista durante tres años, y publicar libros de mi autoría, de cuento y novela. Entonces, en una de esas ocasiones un doctor me contacta, Mario Atondo, y me propone formar un club de lectura. Le pusimos Duermevela, y este club tiene la suerte o la bendición de contar con verdaderos amantes de la lectura, somos alrededor de diez personas pero hemos llegado a ser quince o veinte, que ya tenemos cinco años (no hemos dejado de reunirnos). Es un club de lectura tan bonito que no dejamos de leer, de adquirir libros, de compartir experiencias y sobre todo convivir como amigos, es la punta de lanza o la plataforma para realizar muchas actividades en pro de la lectura que se han reflejado a lo largo de los años en trabajo en escuelas secundarias, en preparatorias, visitas a universidades, presentación de libros, participación permanente en todas las actividades del municipio, en sitios históricos, en plazas, en casas de cultura, en bibliotecas, de manera que Duermevela se convierte como en un concepto integral de promoción de la lectura, no limitado a un club, sino a trabajo en la comunidad.
–¿Por qué es importante compartir la lectura?
–Uno nace y se forma a nivel familiar y estudia, y obviamente te incorporas a la vida adulta, a la vida productiva y a la vida social, con un compromiso o responsabilidad social que es tratar de mejorar las cosas, de mejorar la sociedad, el mundo de nuestros semejantes. Se puede ayudar a nivel social, un granito de arena, ayudar a las personas. Una forma efectiva para lograr esto es promover la lectura, porque uno en su experiencia de lector ha encontrado una actividad, algo precioso, descubridor de mundos, que te hace vivir la vida dos veces, tres veces, infinidad de veces, un libro te permite estar viviendo tu propia vida y vivir una vida adicional, la vida del libro que estás leyendo, y eso es lo que tratamos de contagiar a las personas, encontrar la maravilla de los libros, la maravilla de la vida en los libros. Si se nos atora la carreta buscamos por otro lado y gracias al Programa Nacional de Salas de Lectura que nos ha ayudado, que nos ha capacitado, en su momento, el programa Sonora lee, y un proyecto que implementamos en Caborca: Todos a leer, del Programa de Desarrollo Cultural Municipal de Sonora; hemos encontrado los canales para promover desde el club Duermevela, la lectura de todas las formas y dirigidos a todos los públicos, y gracias a Dios nos ha ido bien.
Felicidad constante
–¿Qué significa el Premio al fomento de la lectura México lee 2014 que se le entrega al club de lectura, y tu reacción al enterarte y recibirlo?
–Hace varios años que trabajaba muy de lleno en la promoción de la lectura, yo quería escribir mi memoria o mi experiencia como promotor de lectura, porque he vivido cosas muy bonitas en el fomento a la lectura, con grupos de secundaria, toda clase de personas con las que me he topado que me agradecen que les preste un libro, que les regale un libro, que les comparta una lectura o una dinámica, con mis propios compañeros es una constante retroalimentación, en nuestro club de lectura es una constante felicidad. Hace varios años quería hacer como un compromiso de reporte de mi trabajo con las personas que nos coordinan en Hermosillo, por el apoyo que nos han dado, yo quería compartirles, no para concursar, no para ganar un premio, quería escribir mi experiencia como promotor de lectura. Hace unos meses, nos mandan una convocatoria del Programa Nacional de Salas de Lectura, acerca del Premio Nacional México lee de fomento a la lectura, entonces yo como atendiendo a esa convocatoria que aquí en Sonora nos hacen extensiva, dije: ‘yo voy a participar para que a nivel nacional, por lo menos en el concurso sepan que estamos trabajando en el Programa Nacional de Salas de Lectura’. Me avoco a realizar ese trabajo, le pongo mucho cuidado, incluyo todo lo que hemos hecho y completo el trabajo, lo envío por internet y creo que me pasé con un poquito de espacio permitido de los archivos pero ahí mismo me disculpo. Y a los días me llega la aceptación del trabajo y me dan mi ficha de registro, y al final del mes de octubre me dan la gran noticia. Lo que me significa este premio es que había una razón en trabajar por la lectura, en el sentido de que independientemente de si llega un premio o no, ser mediador de salas de lectura ya es un premio, el dedicarse a esta actividad es algo bueno, es una vocación que vale la pena. El premio significa un compromiso y una ilusión y un estímulo para seguir haciendo este trabajo durante mucho tiempo.
–¿A qué edad te encuentras con los libros?
–El primer libro que leí fue en mi adolescencia, El vago de la alameda, de José Pérez Chowell, me conmovió much&iacutiacute;simo, me identifiqué mucho con el sentimiento que te dan los libros, que son capaces de darte los libros, es un libro triste. Era una signatura de literatura y tenía que leer y hacer un reporte, me fue muy bien leyendo ese libro y me fue bien con el reporte. Unos días antes de que me fuera a Tijuana, de Caborca a Tijuana a estudiar la universidad, mi papá me regaló un libro del que las primeras hojas están sueltas, está como despedazado, pero está completo, ese libro se llama Capitanes y reyes, de Taylor Caldwell, y es una novela de 865 páginas, o algo así, que tal vez haya sido el mejor libro que he leído en mi vida y me cayó muy temprano, a una edad perfecta para agarrar el hábito de la lectura. Tardé mucho para leerlo pero cada página la saboreé, incluso creo que de camino a Tamaulipas, en un camión a un viaje de deportes representando a la Universidad Autónoma de Baja California, leí varios pasajes de ese libro, pero bueno, empieza la pasión por leer con ese libro de Capitanes y reyes, y empiezo a visitar librerías, a checar libros, después leí un libro muy hermoso que se llama Cierto olor a podrido de José Luis Martín Vigil, también me gustó mucho y empieza a correr el río de libros, luego los primeros escritos y ha sido de no parar, yo no pertenezco a la carrera de letras, soy economista y soy un outsider como escritor, una persona que no estudió eso pero he sido escritor a partir de lo que he leído.
–¿Cuántos libros escritos en tu haber?
–Me he dedicado mucho a colaborar con revistas literarias o con fanzines, tengo un sinfín de escritos sueltos o artículos o cuentitos, he escrito como seis o siete libros, lo que pasa es que la mayoría de ellos son inéditos, he escrito algunas novelas cortas, colecciones de relatos, que luego las cambio y un libro se convierte en otro, pero mi obra formal es Tijuaneados, un libro de cuentos que le dedico a la ciudad de Tijuana, en la que viví diez años, lo escribí en 2001, se publica en 2002, es edición de autor, lo presentamos en la Casa de Cultura de Tijuana en noviembre de 2002 y tuvo su recorrido, aunque se editaron muy poquitos ejemplares, algunos 200 o 300 y se agotó. A los años y después de tener una revista literaria tres años, hasta 2008, sale mi primera obra editada formalmente que se llama La acequia honda y otros relatos, se editaron mil ejemplares, ya están prácticamente agotados, ha sido una experiencia muy feliz y al a&ntildntilde;o siguiente viene mi obra más ambiciosa que es El tiempo de la uva, que es una novela de corte histórico que le dedico a una parte importante de la historia de mi ciudad, Caborca. Tengo algunos otros libros como De espaldas al mar no veas partir al viento, que es una novela con la que gané una mención honorifica, inédita, y otra novela que se llama Frontera mortem, que es una novela sobre la violencia en México, el narcotráfico, la vida en la frontera norte, también está inédita. Esos son mis libros.
–Háblame más de Frontera mortem, ¿cuáles son las obsesiones?
–Es curiosa la historia de esta novela, porque empezó a realizarse por entregas en un periódico local de Caborca y no sé si por un miedo paranoico que tuve, que yo pensé que alguien me podía hacer algo, de que yo sufriera de inseguridad, que me podían causar algún problema, interrumpí la publicación. De los once o doce capítulos que tiene la novela, se publicaron tres y medio o cuatro. El capítulo cuatro se llama Radiografía del mal, que habla sobre el México actual, entonces es una novela que lleva mi sello en el sentido que abordo ese tema desde mi perspectiva, de lo que veo, algunos de los estigmas que sufre el norte de México como región, como economía, como sociedad, pero por otra parte es una novela compleja, en el sentido que tiene tiempos circulares, tiene muchos engaños, muchos brincos y maneja una incertidumbre acerca de la mayoría de las cosas que envuelven el libro que no se resuelve hasta el capítulo final. En ese sentido hay capítulos que no tiene que ver en nada con los otros, que abordan otros microcosmos de la sociedad, incluso de la política y los personajes poco a poco se van desenvolviendo y volviéndose complejos, y a lo último se cierra el círculo con algo que espero que le guste a la gente pero tal vez pueda decir que no es una novela fácil, o vaya el juicio de la gente a confirmarlo.