Instituto Sonorense de Cultura

Pocos espectáculos pueden estar al nivel de la Orquesta Filarmónica de Sonora. La belleza de cada nota
tocada bien pareciera que salen desde un terreno de sueños y fantasías. La noche cervantina vio a la OFS,
dirigida por la maestra Laura Cmet, tocar un concierto de ensoñaciones y mucha tradición.
Había una alta expectativa por este concierto, que además contó con la presencia del maestro Arturo Márquez,
quizás el compositor más destacado en la música mexicana de las últimas décadas. Así que inició el concierto
con música. Música en mayúsculas. Composiciones del propia maestro Márquez como la Cantata Sueños, un
viaje hacia la historia de la paz-tan necesario recordatorio en esta actualidad tan convulsa que vive el mundo-.
En un concierto, se escuha lo que los artistas están ejecutando y se ve las reacciones del público. Ahí se
encuentra la clave de la medición del éxito. Y lo que escuchamos es el refinamiento de la tradición musical
sonorense, una tierra compleja, llena de matices, de riquezas históricas y culturales, de anécdotas y luchas, de
conquistas sobre la naturaleza y sobrevivencia del propio hombre. Y lo que vemos es la reacción de un público
embelesado, hipnotizado sobre esa experiencia auditiva que parece transportarnos a otro tiempo, a otro
universo.
Sin aliento y sin manos por los aplausos, la directora argentina Laura Cmet tiene preparada una última
sorpresa: Danzón No. 2. Arturo Márquez. Orquesta Filarmónica de Sonora. Guanajuato. Cervantino. La noche
inmortal.