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Un día en MUSAS



El Museo de Arte de Sonora (MUSAS) celebró por todo lo alto el Día Internacional de los Museos con un programa multidisciplinar para todas y todos

 

Hermosillo, Sonora; a 19 de mayo de 2023.- Vivimos en una época donde la ruptura y la superación de los paradigmas de la modernidad tienen ya una cotidianidad: la tautología del progreso por el progreso ya ha sido rebasada por una realidad cada vez más compleja, la construcción de narrativas totalizantes se ha erosionado para dar cabida a la fragmentación de relatos que nacen de distintas subjetividades. En ese contexto, también, se encuentra la figura-concepto de los museos.

En el proceso dialéctico de la historia, los museos se encuentran en una constante evolución y el Museo de Arte de Sonora ha iniciado este reto de reconceptualizar qué significa un museo. Al estaticismo y la quietud perenne del museo como recinto de visita se ha contrapone una voluntad dinámica de movimiento, a la perpetuidad del status quo social con el que generalmente se relaciona a los museos, se le opone la inclusión y la necesidad de pensar al otro, esa otredad tan necesaria para convertir al museo en un punto de encuentro, de diálogo de las diversas subjetividades que tejen la sociedad.

Sirva esta reflexión para hablar de la celebración del Día Internacional de los Museos que se llevó a cabo en MUSAS. Desde primera hora en la mañana, Mara Yudith Abdalá, preparó su lectura de cuentos a pequeños y adolescentes. “Bukis en el Musas” sirvió como una primera declaración de intensiones del 18 de mayo. Cuentos llenos de imaginación, creación de paisajes fantásticos que se leen en comunidad.

Posteriormente, las visitas guiadas por las diversas salas de exposición que conforman el atractivo sustancial del recinto. El erudismo de los guías de MUSAS nos exige rescatar la curiosidad como forma primordial de la inteligencia: Un recorrido histórico e identitario, una serie de preguntas que se formulan desde la obra plástica de los diversos artistas sonorenses, mexicanos y extranjeros que sacuden nuestras conciencias. Finalmente, la función del arte no es tanto encontrar soluciones sino cuestionarnos. Pasamos de la tensión entre erotismo y melancolía de las obras de David Ozuna al kitsch de la artista sinaloense Melissa Padilla y su obra sobre ‘lo buchón’, de la trascendencia pictórica y etnográfica del pueblo yaqui visto bajo la mirada y el talento incombustible de Estebán Lechuga a las fotografías de jóvenes talentos emergentes sonorenses. Del arte conceptual de Lucía Oceguera que exhibe las consecuencias en el relato mediático del necrocapitalismo y la narcocultura al acervo sonorense.

El día apenas ha comenzado. El 18 de mayo se celebra en todo el mundo. Los museos pueden ser receptáculos de la historia de la humanidad, tótems de nuestra memoria y el devenir como especie que hemos tenido. Un museo puede ser la sublimación de aquello que imaginaba Borges en su biblioteca infinita. A las 16:00 horas arranca el taller de cómic a cargo de Eléazar Bórquez Moreno, mejor conocido como Cheyk. El cómic, quizás uno de los últimos grandes fenómenos mediáticos y artísticos del siglo XX. Primero visto como un hijo menor, olvidable, pero que con el correr del tiempo se ha convertido en producto hegemónico, no sin grandes referentes.

 

No se puede hablar de arte y cultura si no hay música. Y es hora del quinteto de la Banda Sinfónica del Estado de Sonora. Si uno observa desde el restaurante “Alebrije”, dentro de MUSAS, el concierto, se encuentra con una toma a contraluz que podría firmar el propio Lubezki. La música suena y retumba por los techos altos del Museo, que bien podrí asemejar una capilla gótica. Hay una inmensidad en MUSAS que es imposible de evitar. Toca el turno para la poesía del escritor caborquense Ramsés Chavira. Poesía intensa, carnal; resopla humanidad: nuestras tensiones, nuestra naturaleza incierta, repleta de imágenes de la cotidianidad que quizás, por desventura, nosotros procesamos en automático sin darle mayor importancia. En el teatro al aire libre se proyecta, con el ocaso de la tarde hermosillense, una de las películas más icónicas del nuevo cine mexicano: “Te prometo anarquía”, de Julio Hernández. Inscrita en ese tremendismo estético del cine nacional pero, sin embargo, con una sensibilidad y una mirada tan tierna que es imposible alejarse del metraje.

Regresando al recinto, se lleva a cabo la inauguración de la tienda de artesanías de MUSAS. Símbolo de esta superación del paradigma de arte/artesanía que gravitaba en una concepción cuestionable.

La noche finaliza con Jorge Ramírez, un artista imposible de catalogar-y creemos que se hace bien el evitar caer en la fetichización aristotélica de la taxonomía artística- que construye paisajes sonoros, plásticos y formaliza un discurso y una idea donde arte y tecnología conforman un híbrido.