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El punto omega, 40 años de música y una voz maravillosa se encuentran en el Templo…


En 2012 se estrenó la película “El último cuarteto”, una exploración hacia la vida interna y secreta de los cuartetos de música. Más allá de caer en el morbo o la ñoñería excesiva, la película es un retrato fiel de la evolución de este tipo de agrupaciones. Un cuarteto puede ser definida como una piedra fundacional de la música. Las cuerdas, como hilos de Ariadna, son vehículos que seducen al oído. En el Templo de la Purísima Concepción, el Cuarteto Latinoamericano, en compañía de la soprano sonorense Elena Rivera ofrecieron un concierto sin parangón: sublimación de la belleza sonora, metáfora que confirma que la perfección no es sólo una entelequia.

Y ¿cómo va a ser diferente? Si el Cuarteto Latinoamericano lleva 40 años tocando. Lo que inició con piezas de Mozart, Ravel, Bethoven, Borodin, pronto tomó un giro, quizá decolonial, de voltear a ver la música hecha en Latinoamérica y su extensísima tradición musical. Con un lleno en el Templo, el cuarteto inició los primeros compases: de Gustavo Campa a la icónica Violeta Parra y su “Gracias a la vida”, del “Alma mía” de María Grever al tango pasional de “La última curda”. La voz de Elena hace una simbiosis con el santoral del Templo, la música de las cuerdas de los 4 maestros se menean e inundan. No era un capricho hiperbolizado la arquitectura de los recintos religiosos. Sus techos altísimos, sus formas cónicas y hexagonales que hacen de la experiencia auditiva, un placer infinito.

Hace unos siglos el jesuita Pierre Teilhard de Chardin, teorizó acerca del Punto omega. Un concepto complejo y denso que podríamos sintetizar-burdamente- como el destino esperado por el ser humano, es decir, alcanzar una conciencia que trascienda. En sus largas y eruditas disertaciones, el teólogo apuntaba a la música como un vehículo para ello. La música sacra-dada la época-. La voz de Elena Rivera y los 40 años a cuestas del Cuarteto Latinoamericano podrían ser considerados una confirmación a dicha tesis. Celebramos.