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Clásicos de cine…en la Cineteca Sonora


Del jueves 17 al miércoles 23 de noviembre, la Cineteca Sonora será el epicentro del gran cine-en mayúsculas- con el ciclo “Clásicos en pantalla grande”.
Lo que hace unos años era impensable, hoy la Cineteca Sonora lo hace posible. Y es que el recinto del Instituto Sonorense de Cultura se convertirá en una máquina del tiempo que nos llevará a poder recrear la experiencia de ver grandes clásicos de la cinematografía mundial en la pantalla grande.
El ciclo de cine “Clásico en pantalla grande” presenta un programa icónico, lleno de películas que cambiaron la historia del cine, un recorrido por las turbulencias del siglo XX, de grandes directores, grandes temas y grandes revoluciones artísticas.
Arrancará el ciclo de cine con “Nanuk, el esquimal” de Roberto Flaherty. Quizás es la obra menos conocida dentro del ciclo, pero su relevancia es infinita. Grabada en 1922, se trata del primer documental de la historia. Flaherty retrata la vida de una familia esquimal, pero lo hace desde una perspectiva muy personal -rompiendo y transgrediendo el eterno paradigma de la supuesta objetividad del documentalista-. No por nada el escritor alemán Thomas Bernhardt la consideró como la obra más relevante de la historia del cine.
La siguiente película del ciclo no necesita mayor presentación: “La dolce vita” de Federico Fellini. Una obra mastodóntica en todos sentidos, inabarcable, que retrata la modernidad-y su decadencia- de una Roma encantadora pero alienada. “La dolce vita” es el testamento vital de una época.
La tercera película del ciclo es, también, del genio italiano. “Los inútiles”, una de las primeras obras de Fellini. Enmarcada todavía en su etapa del neorrealismo, el lente de Fellini captura la vida-frívola, irresponsable, pero de alguna forma tierna- de los jóvenes clasemedieros de una Italia en postguerra. Pese a su propuesta aún enmarcado en los dogmas del movimiento neorrealista, ya se avisoran los guiños, el ludismo y la creatividad sin parangón que después convirtieron al director italiano en uno de los más grandes de la historia.
Para terminar con Fellini, el ciclo presente 8 y medio. La película que, según el crítico Roger Ebert, cambió el curso del cine. Cine autoreferencial, ficción autobiográfico, metatextual, la pareja Fellini-Marcelo Mastroianni, encuentran aquí su punto álgido. Aprovechando que está el hype de Bardo de González Iñarritú, bien valdría la pena revisitar la obra iniciática de ese tipo de cine.
En la cartografía cinematográfica es un salto complejo de hacer pero es uno satisfactorio: Pasar del cine de Fellini al de otro genio subversivo y transgresor: Jean-Luc Godard. Uno de los fundadores de la Nouvelle Vague y que ha fallecido hace unas semanas. “Vivir su vida” es una de las obras más bellas y duras del director francés, y la que lanzó como ícono de una década a su musa, Ana Karenina. Godard solía decir que una película se podía hacer con una mujer y una pistola, en una época donde reinaban las grandes producciones hollywoodenses, Godard se erigió como una especie de antihéroe.
La penúltima película que se presentará en la Cineteca Sonora es Solaris. De Andrei Tarkovsky. El gran genio del cine. O al menos, el más espiritual. En Solaris somos testigos de los límites de la experiencia humana, para eso parte de la obra homónima de ciencia ficción. Un viaje sin fin.
Finalmente, el ciclo cierra con broche de oro con uno de los maestros contemporáneos. Inclasificable, como toda su obra, es “Crash” de David Cronenberg. Basada en la obra del escritor JG Ballard, “Crash” nos pone de frente a un espejo perverso y pervertido, posmoderno y siniestro.