Hoy, hace 11 años falleció el gran muralista, pintor y artista plástico sonorense Héctor Martínez Arteche. A través de sus trazos, Martínez Arteche, redescubrió esa belleza natural que habita en Sonora. También expuso, pictóricamente, ese deber ser del sonorense. Su titánica “El hombre de Sonora” que reviste las paredes del Palacio de Gobierno, encierra y encapsula la esencia de nuestra entidad.
Sería ocioso describir la carrera académica de Héctor Martínez Arteche, o quizá no nos daría el tiempo para descifrar su maravillosa obra. Heredero y punto y aparte de la tradición muralística mexicana, el artista desarrolló la mayoría de su obra en tierra sonorense dónde la luz, el movimiento, el dinamismo, el paisaje y el lugar del ser humano en el espacio configuraron su propio universo, uno lleno de vida, de certezas e incertidumbres, de luces que aún hoy siguen acompañándonos. Cazador de esos equilibrios, tensiones y pulsiones que habitaron su obra, Martínez Arteche solía decir que era a través de la obra pictórica dónde se observan el equilibrio dinámico entre conciencia e inconsciencia, una armonía entre energías opuestas que daban sentido
