No hay Navidad sin música. Por eso, el Concierto Navideño de la Orquesta Juvenil Sinfónica de Sonora permitió recobrar ese espíritu mágico de las fiestas decembrinas.
Los jóvenes, vestidos en traje y con motivos navideños-sombreros, gorritos- engalanaron el auditorio del Cobach Villa de Seris la noche de ayer ante un público cautivo y emocionado. La música navideña tiene esa virtud ‘proustiana’ de llevarnos a un viaje de nostalgia, a épocas donde nos reunimos con nuestros seres queridos, a esa sensación cálida que genera la expectativa de ver qué regalo nos espera debajo del imponente árbol de Navidad.
Empezó el concierto el maestro Héctor Acosta, director de la Orquesta Filarmónica de Sonora. La marcha del cascanueces. El sonido aúreo que tiene una épica propia y que conforma un univeso único. Siguió ‘Carol of the bells’, una pieza de una fuerza inigualable, y que enciende el alma, lleva a la mente a un escenerario de epopeya. La tercera pieza fueron ‘Selecciones del expreso polar’, un cierre ideal en un viaje navideño emprendido por el talento de los jóvenes de la Ojusson.
La segunda parte del concierto fue dirigida por el maestro Renato Zupo, director de la Banda Sinfónica del Estado de Sonora. La juventud, decía el escritor polaco Witold Gombrowicz, tiene la virtud de la valentía, la inocencia del ‘aventado’ y la certeza de la inmortalidad. Como la música. La ejecución de los jóvenes músicos sonorenses pone de relieve el presente y el futuro de la escena musical en la entidad.
Inició la segunda parte del concierto con La Marcha Radetzky, un himno que va de lo solemne a lo festivo y que lleva la fuerza de la percusión, como una montaña rusa. Después, siguieron diferentes villancicos. Esa magia hogareña de una tradición que no se debería perder jamás y finalizó el concierto con ‘Christmas that special time of the year’ para despedir una noche que ni el Grinch o Scrooge podrian arruinar.
15 de diciembre 2021
