Álamos, Sonora, 24 de enero de 2023.- El arte trasciende incluso a las prisiones, esto, que puede leerse como una metáfora, es del todo una realidad en el marco de la trigésima octava edición del Festival Alfonso Ortiz Tirado, que da espacios a personas privadas de la libertad para que puedan exponer su arte e incluso salir adelante con él.
En medio de la Alameda, justo detrás del escenario, se encuentran a la venta diversidad piezas elaboradas por personas que actualmente se encuentran privadas de la libertad en los diversos Centros de Reinserción Social del Estado de Sonora.
Ahí se pueden encontrar teguas, carteras, muebles, cuadros, cintos, infinidad de creaciones que con sus propias manos elaboran estas personas, muchos de ellos gracias a oficios aprendidos dentro del mismo reclusorio, algunos ilustrados por cursos del Instituto de Capacitación para el Trabajo (Icatson), otros enseñados por sus mismos compañeros.
Entre las piezas que destacan se encuentra una cava para vino, pieza elaborada en madera de cedro y herrería con gran maestría por parte de seis internos, misma que, comentó la encargada del estado, está en proceso de ser vendida a un cliente de origen extranjero por un costo de 160 mil pesos.
“De hecho esa ya está casi por irse, gracias a Dios, ya estamos en esas y mucha gente lo ve imposible, pero, pues sí, también hay gente que sí tiene la manera, vaya de poder adquirirlo, más que nada es la gente extranjera”.
Canto lo libera en el Ortiz Tirado
En este mismo contexto, la Alameda se convertirá en un lugar de libertad para el tenor Jonathan Valenzuela Gaxiola, persona privada de su libertad en el Cereso 1 de Hermosillo.
Acompañado por el pianista Héctor Acosta, el cantante tuvo la oportunidad de grabar un concierto desde el penal, mismo que será proyectado en los escenarios de este festival para que su canto llegue hasta el público que visita el pueblo mágico.
