• Instituto Sonorense de Cultura

  • 01 (662) 212 6570 y 01 (662) 212 6572
  • direccion@isc.gob.mx

Domingo de plaza


Álamos tiene esa especie de magia que hace que el tiempo se detenga. Un domingo en el Festival Alfonso Ortiz Tirado es ser partícipe de las cosas mínimas que son las que dotan de sentido nuestra vida: Una familia compartiendo un helado en La Plaza de Armas, una pareja abrazándose en el Callejón del Beso, amigos comiendo tacos en La Alameda; niños recorriendo el Museo Costumbrista, la señora y su hija yendo a misa en el Templo de la Purísima Concepción. Esa red de eventos, a simple vista desprovista de interés, son las que van sumando a la experiencia del Festival.

Como todos los días la actividad de #ElOrtizTirado arranca en el Mercado de Arte, una experiencia que ahonda en esa tensión tan bella que es la tecnología y el saber ancestral de nuestros pueblos originarios. A mediodía, La Alameda es el escenario para Rapsimodo de la Compañía Theatrum Manus Teatro, obra infantil que aglutina niños y grandes.

Es turno de la música: Recital de voz y guitarra El Cqancionero del viento y el río del Dúo Estañol para darle paso a Quinteto de Alientos Mill Ave Chamber Players, que desde Phoenix presenta su potencia musical. En el Templo de la Purísima Concepción, la soprano Betty Garcés y el tenor Carlos Alñberto Velásquez, maravillan a la gente.

Ya con el ocaso de la tarde, Diana Lucía y su música regional llenan La Alameda y pone a bailar a la gente, que desfila para el Palacio Municipal para ver la Gala Operística. Un concierto intimista y bello que ilumina la noche. El Callejón del templo se engalana con la presencia de Fernando Robles y Las Musas que encantan, música oaxaqueña. La nota final del domingo es para Malas Compañías y su “Ecos nostalgia”, boleros para sanar el alma,