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Un final épico para el cierre de temporada de la Banda Sinfónica de Sonora


La noche de ayer se llevó a cabo el cierre de temporada de la Banda Sinfónica del Estado de Sonora (BSES). Su cierre fue por todo lo grande, con un concierto que quitó el aliento ante un auditorio lleno en el Teatro de la ciudad en la Casa de la Cultura. No hay concesiones con la banda dirigida por el maestro Renato Zupo; el programa constó de tres piezas, todas ellas icónica y complejísimas de tocar.

Arrancó con el Cuarto movimiento dela Sinfonía No.9 en mi menor del compositor checo Antonin Dvorak; o mejor conocida como La Sinfonía del nuevo mundo (con el asterisco semántico de si la traducción era “Sinfonía desde el nuevo mundo”). La composición de Dvorak, escrita a finales del siglo XIX en Estados Unidos, incorpora una serie de elementos distintos al resto de la obra de Dvorak. Escrita en un mundo entregado a la migración de Europa a Estados Unidos por las constantes guerras, la música capta bien ese sentir. La Banda Sinfónica del Estado de Sonora capta y atrapa esa esencia y la entrega con una épica en el concierto.

La siguiente pieza es Carmina Burana (Fortuna Imperatrix mundi), una obra tan conocida como icónica de Carl Orff y que contó con la presencia del Coro de la Universidad de la maesra Marybel Ferrales.  La música de la banda, como una especie de guía mística, mientras las voces retumban y permanecen en el escucha.  Es esa lucha medieval y teológica que relata la vida, la muerte, el pecado, la lujuria, los pedidos a la diosa fortuna para que intervenga en el destino del hombre. Los adjetivos sobran cuando se presencia algo así.

La última pieza del programa es, sin embargo, la más difícil: 1812 de Tchaikovsky. De una manufactura tan compleja. La obertura nos lleva a esa épica que dan los relatos de la guerra, en este caso, la resistencia rusa ante el mastodóntico ejército de Napoléon  Bonaparte. Y es un testamento a que la música es un narrador incomparable e inobjetable. El peso de los metales en la pieza acentúa dicha épica. Es la despedida de la Banda Sinfónica en esta temporada. A lo grande.