Antónimos visuales. Contrapuntos semánticos. Una pintura de naturaleza muerta. Otro más con rostros anónimos apilados y un estilo figurativo que esconde en su núcleo el terror de la violencia. Hay fotografías que tienen una tensión interna: A la idea anacrónica de la virilidad del vaquero sonorense, se le suma el rostro con lágrimas, una pareja amorosa de dos hombres con su sombrero tomando café de talega o agarrados de las manos en una foto a contraluz con el icónico ocaso sonorense y sus colores que parecen salido de aquel cuento de H.P. Lovecraft y el color inenarrable.
Se trata de la Exposición Visual de Artistas Magdalenenses que se inauguró en la Sala de Arte del Instituto Sonorense de Cultura (ISC). 12 artistas de Magdalena de Kino exponen sus obras: fotografías y pinturas, cada una encapsulando sus propios universos, si bien, mantienen un hilo en común; un denominador común que vertebra el salto de obra a obra.
La directora del ISC, la maestra Beatriz Aldaco Encinas, señaló la importancia de seguir buscando y logrando con acciones la descentralización del arte y la cultura en Sonora, dándole espacios a artistas de toda la geografía sonorense.
En la inauguración también estuvo presente Octavio Avendaño, director del Museo de Arte de Sonora (MUSAS) y René Rivera, directora de Cultura del municipio de Magdalena de Kino, quien agradeció y resaltó la voluntad institucional de hacer estos eventos.
La exposición funciona como un mapa o cartografía de la identidad magdalenense: su relación con lo bucólico y lo ganadero, la naturaleza, lo ranchero. Hay tensiones y yuxtaposiciones: Del derribar los mitos del machismo vaquero, al pasar del tiempo entre la idea de lo tradicional y el progreso. Miradas inocentes y subjetivas contrastan con miradas documentales de la fotografía que encapsula el día a día de Magdalena de Kino. Entra a la Sala de Arte del ISC a contemplar las obras, es emprender un viaje a la identidad magdalenense.
